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jueves, julio 02, 2009

Link psi-cósmico y mapas del alma


Este recurso tan usado en las psicologías de todos los tiempos... descripciones topológicas de procesos elusivos y caleidoscópicos. Transformar emociones y pensamientos en "lugares", en un mapa de secciones interactuantes. Separar lo inseparable, pero hacerlo porque nos resulta útil. ¿Para qué? El uso lamentable de estas cuestiones es la acumulación de verdades empolvadas e irrefutables que de tanta solidez se nos caen encima. No, esto no me interesa. Todos caemos en solidificar la vida para "usarla", constantemente, pero está bueno darse cuenta de algunos casos en que aquello se vuelve demasiado tramposo. ¿Para qué, entonces, nos sirven estos mapas? Requieren, para aplicarlos con eficacia, una cierta lucidez que utilice conocimientos pero no se quede empantanada en ellos. En definitiva, son herramientas para relacionarnos con el proceso de la vida, en este caso nosotros mismos, y el proceso cae apenas empezamos si reemplazamos el camino por un alojamiento cómodo que elegimos antes de comenzar. Nos señalan aspectos de nosotros mismos, aspectos que parecen actuar diferenciadamente, como si fueran personajes diferentes en nuestra propia obra, el dramatis personae de la conciencia humana. Puh, ¡qué genérico! Por supuesto, hay que olfatear, olisquear entre líneas, y es obvio que cada persona es un mundo. Pero pareciera haber ciertas regularidades. Estos mapas nos llaman la atención hacia partes nuestras, aspectos propios, que disparan procesos reales y hasta cierto punto diferenciables. Lo que me resulta sumamente interesante de los mapas provenientes de la antigüedad es que hacen referencia al link supremo, al "puente" entre nuestra humanidad y el gran misterio. Esta es una tecnología que hemos olvidado. Nuestro pragmatismo físico e intelectual nos lleva a buscar herramientas, soluciones, con fines concretos, lo cual es genial. Pero hay otro aspecto de nuestro ser que nos conecta directo con la fuente, con la raíz, que sin embargo no está en otro lado que aqui, ahora, en cada instante, en cada parte, en todo.

Recuerdo por ejemplo un mapa del alma relacionado con la Qabalah hebrea. Nos habla de 4 niveles principales de nuestro ser: por supuesto existe el cuerpo físico, que es una manifestación material, un "anclaje" de los otros aspectos, la localización puntual espacio-tiempo que es como el cuadro resultante de todo lo demás. También nos habla de 3 grandes aspectos: nephesh, ruach y neschamah. Nephesh serían los impulsos y deseos bien fundamentales, animales/vegetales/minerales, que van desde la nutrición pasando por la sexualidad hasta impulsiones como la agresividad y el "deseo de poder". Ruach es como el nivel intermedio, mediador, el alma intermediaria, que tiene una serie de facultades: imaginación, intelecto, emoción, habla, etc. Neschamah es el portal de linkeo con la raíz. Nuestros mapas modernos (como el del psicoanálisis, por ejemplo) no incluyen este nivel de "puente". Por supuesto, obedecen a la máxima moderna de aguzar las facultades de conocimiento racionales y esto implica escindirse de los estragos que la injerencia religiosa causó al delimitar qué era lo que el alma humana podía o no preguntarse, investigar, experimentar, compartir. Pero han tirado al "bebé con el agua de la bañera". No pretendo vender ninguna filosofía barata ni convencer a nadie de mis propias visiones religiosas, solo digo que los seres humanos tenemos un punto de enlace con el gran misterio.



Un truco es que al enlazar con otros aspectos de la realidad, siempre nuestro modo particular de hacerlo mediatizará con lo que contactemos. Es decir, las imágenes que utilizamos, la estructura de creencias, la personificación que en definitiva hacemos del misterio. Para esto, las religiones recurren a personajes "endiosados", en los que el mito ha superado totalmente la historia concreta. Y está muy bien, brindan un canal de personificación que ayuda, a menos que sea usado con fanatismo, a integrar aspectos de nuestro ser en torno a un centro sinergizante, y a fomentar la cualidad "amor-vida", canalizar la intuición de que para manifestar vida, necesitamos una cualidad amorosa pulsante irradiando en nuestro interior. La negatividad, este es el asunto, tiene su sentido, y ahi es cuando este uso mítico se vuelve peligroso... esa negatividad nos está hablando, en cierto sentido, involucra nuestro dolor y nos pone en acto cuestiones propias que preferimos no ver, incluso siendo potencialidades positivas. Pero estas imágenes pueden ayudarnos a enlazar con el amor necesario incluso para revisar nuestra sombra.

En todo caso, creo que estos mapas clásicos tienen algunas virtudes, entre ellas recordarnos que cierto "lugar" de nuestra alma tiene la posibilidad de trascender la dualidad, acaso no salirnos del laberinto sino de reconocer el laberinto y a nosotros mismos como dos caras de lo mismo, que es bien distinto de pasarnos la vida entera luchando alojados siempre en la creencia de que estamos esencialmente separados de todo en este mundo, y lo que más nos duele, separados entre nosotros. Existe un nivel de nuestra capacidad de conciencia que registra que en esta vida en cierto sentido estamos separados entre nosotros y de las cosas, y en otro sentido, no. Este es uno de los grandes enigmas de la filosofía y la religión. ¿Cómo puede ser las dos cosas? En la física subatómica se tocaron asuntos relacionados a esto y se dispararon una serie de cuestiones que corrieron ejes de nuestra cultura entera, y que aún no han visto su mejor expresión, creo yo. ¿Cómo puede ser que una partícula (una "cosa") en cierto sentido esté en un tiempo y espacio determinado (como esperaríamos de una "cosa") y en cierto sentido esté "dispersa" por un rango de espacio-tiempo amplio, en todos esos lugares y momentos simultáneamente (descritos por la función de onda cuántica)? ¿Entonces las "cosas" no son tales? ¿Son algo en particular y al mismo tiempo un campo, un complejo de superposiciones en espacio-tiempo? Sí, ambas cosas. La naturaleza más fundamental de todo, sospecho yo, es la de la interpenetración y superposición, pero sin embargo estos campos enlazados se discriminan en solideces en espacio-tiempo.

Somos entonces, seres separados, y también somos todos seres enlazados, y una misma vida. Nuestros "mapas" actuales se basan en la premisa de la separación y la fricción, pero tenemos sin embargo la capacidad de ir captando los campos enlazados y el gran campo. Otras descripciones nos hablan de "lugares" en nuestra alma relacionados a este proceso de enlace y al descubrimiento del amor supremo. Como seres humanos, quienes han (re)descubierto esto a lo largo de la historia, han usado sus marcos de software cultural y le han puesto nombres, lo han querido explicar, y después otras personas han hecho culto de esas palabras, sin siquiera olfatear a qué puede estarse refiriendo. Podemos, creo yo, aprovechar estos recordatorios e intentar recuperar lo que valga recuperar.

viernes, enero 05, 2007

Modelos orgánicos

Existen mapas de la realidad en los cuales distintos aspectos presentes cotidianamente en nuestras vidas, tales como la estructura del cuerpo humano, los modos de comportamiento humanos, los planetas y estrellas, las condiciones climáticas, los distintos tipos de materia, las formas de los objetos, los distintos tipos de seres vivos, las "partes de la psique", el lenguaje (letras, palabras), los números, están integrados. ¿Podemos llegar a entrever lo que esto significa? En un momento histórico-cultural en el que parece predominar un atomismo y materialismo infinito, este tipo de "software cognitivo", tan válido como el que utiliza la mayoría sin detenerse a pensar nunca que existen y existieron alternativas, puede aparecer inmediatamente asociado al paquete semántico de la noción de "primitivo". Por supuesto, esto está asociado a los significantes del tipo "rídculo", "inservible", "irreal", "delirante", "crédulo", "vulgar", "lamentable", y ese tipo de líneas.

Creo que es intersante enfocarnos aunque sea por un momento en este tipo de modelos. Por supuesto, la lógica atómico-materialista que predomina, intentará comprender por qué diablos alguien iba a relacionar cosas tan aparentemente disímiles como las mencionadas, y por supuesto concluirá que estas "pobres personas" tenían un sistema de comprensión causal tan deficitario o infantil, que pensaban que de alguna manera material incomprensible (pues están absolutamente convencidos que todo el universo está estructurado de modo puramente material, y que toda relación entre fenómenos sólo puede ser de contacto o afección material de algún tipo, entendiendo "material" como aquello que puede verse) cosas tan disímiles como una parte del cuerpo y una condición climática pudiesen estar relacionados.

Estos mapas son resultantes de una integración cognitiva entre los distintos ámbitos de la experiencia humana. No son necesariamente "verdaderos" según el criterio de verdad utilizado hoy en día por la ya mencionada lógica prevaleciente (nuevamente, es sólo una posible manera de vincularse con el misterio de lo existente), pero tampoco son "falsos", en tanto irreales o mentirosos, o pura credulidad. Una de las líneas significantes que este tipo de planteos nos sugiere es que toda esta existencia misteriosa se comportaría como una especie de organismo en que "todo está en todo". La tradición hermética lo enuncia como "tal como es arriba, así es abajo, y tal como es abajo, así arriba", la doctrina del microcosmos/macrocosmos. En definitiva parecería existir algo misterioso con un comportamiento orgánico, designado como "cosmos" (sin que necesariamente esto signifique las más modernas ideas de orden absoluto en tanto predeterminación), y dentro de ese cosmos existirían instancias perceptoras (nosotros, por ejemplo) y según la perspectiva de esos perceptores, tenemos un "macrocosmos" (aquello que trasciende la aparente singularidad de la entidad perceptora) y un "microcosmos" (aquello que integra la entidad perceptora) .También puede trazarse este patrón entre la entidad misma y aquello más pequeño que ella. En el punto en que se ubique el foco perceptor, allí se traza esta polaridad macro-micro, con la propiedad de que lo micro está fundamentalmente organizado por un patrón orgánico análogo a lo macro. Este es uno de los grandes descubrimientos de la antigüedad. Por supuesto, esto no quiere sugerir que absolutamente todos los individuos humanos que vivieron en la antigüedad se pasaban el día concibiendo este tipo de cosas, pero sí que la conciencia humana de esa época llegó a concebir y descubrir esta cualidad de la realidad. Siempre, en todas las culturas y tiempos, existieron individuos "exploradores", algunos exclusivamente en lo externo, otros exclusivamente en lo interno, y otros que hacían "puentes", trazando lazos que englobaban el máximo misterio de la interrelación entre la realidad y la conciencia. Estos llegaron a concebir este tipo de planteos, y a lo largo de los siglos se fueron constituyendo "tradiciones" que iban pasando estas nociones, pero no limitándose a una simple "enseñanza colegial" de cuestiones teóricas, sino entrelazándolo con la vivencia concreta, que es el punto focal de real-ización de todo esto. Eventualmente a todo esto se le dio el nombre de esotérico. Por alguna razón, la estructuración general social y cognitiva humana, fue rechazando, al menos en lo oficial, este tipo de planteos, y se tuvieron que ir ocultando y disfrazando. La vida humana "normal" fue depositando todo tipo de capas sobre este vector misterioso pero fundamental, y se fue constituyendo una matriz, llegando al punto de volverse una fundamental y radical capa de ILUSIÓN disfrazando los aspectos más radicales y fundamentales de la existencia humana. En general, por supuesto con todo tipo de devenires de lo concreto, estas líneas de tradición fueron transmitiendo claves del más grande misterio, y esta transmisión llega a la actualidad. Nuevamente, por supuesto, con todo tipo de variaciones particulares. Esto es, no estoy sugiriendo que todo lo que se dice "tradición esotérica" sea absolutamente verdadero y mejor que el mundo cotidiano ordinario humano. Por favor, seamos razonables.

La raíz de todo esto fue la referencia a estos modelos que vinculan distintos ámbitos de lo vivenciado. ¿No es increíble y genial? Hace años que conozco estas nociones, pero sólo con el tiempo y cierto trabajo interno parece uno ir descubriendo cuánto esto tiene que ver con nuestra vida... Relacionar el mundo material con los pies, las piernas y/o la base de la cintura; relacionar la vinculación social y el temor con la zona umbilical; relacionar la sensación de identidad personal con el centro del pecho; la apertura "cósmica" al centro de la frente; la vivencia mística con la coronilla de la cabeza... ¿son estas relaciones hechas simplemente por relaciones intelectuales? Pues estoy bastante covencido que no. Trabajando con distintos tipos de praxis de exploración de modos alternos de conciencia, estas relaciones se muestran como vinculaciones profundas entre modos de operación de lo real, pero a niveles que parecen dados, vínculos analógicos no trazados ya por nuestra mente sino "descubiertos".

En fin, mucho podría decirse de esto, pero se me hace sumamente difícil escribirlo, pensando en alguien que podría leerlo, y que no le llegue solo una serie de nociones aparentemente delirantes, sino algo que signifique, algo compartido o más bien compartible.

Pero creo que en todo caso, la idea de esto es la de una especie de recordatorio de que existen de hecho "sistemas operativos cognitivos" alternos a la aparente unicidad de lo que estamos acostumbrados a percibir y vivir. Y si al menos este explorador, y tantos otros a lo largo de los siglos, les dice que algunos de estos, y los modos de percepción/conciencia/vivencia que están vinculados con ellos están más intrínsecamente cercanos a la VIDA misma que la matrix en la que operamos regularmente, bueno, espero que a alguien le sirva...